De antiguas explotaciones mineras a paraíso natural: 2 ejemplos de restauración en el interior de Galicia

De antiguas explotaciones mineras a paraíso natural: 2 ejemplos de restauración en el interior de Galicia

Con motivo del Día Mundial de la Desertificación, celebrado el pasado 17 de junio, visitamos dos ejemplos de restauración medioambiental en Galicia, que previamente habían sido explotaciones mineras. En la práctica, el proceso de desertificación no hace referencia al avance de los desiertos existentes, sino a la vulnerabilidad de los ecosistemas de zonas secas. Quien conoce Galicia sabe que no es su caso, pues es un territorio verde y húmedo, pero en los últimos años el clima está experimentando importantes variaciones, provocando el avance de la influencia mediterránea en zonas de transición climática como la provincia de Ourense.

 

Fenómenos como la desertificación tienen que ver, en gran medida, con la huella humana. Por ejemplo, las actividades ligadas al uso del suelo rústico resultan imprescindibles para el desarrollo socioeconómico de nuestro país, pero ese uso conlleva de manera natural unos impactos que es preciso gestionar con el fin de que la explotación de los recursos naturales no condicione el futuro de las próximas generaciones.

 

En este sentido, el sector gallego de los áridos está plenamente concienciado de la necesidad de la restauración de espacios naturales en los que se desarrollan las actividades extractivas para integrarlos en su entorno potenciando su biodiversidad. Todas las explotaciones cuentan con Planes de Restauración de los espacios afectados ajustados a la normativa vigente, pero las empresas gallegas de áridos intentan ir más allá mediante la investigación y puesta en práctica de iniciativas enfocadas a acrecentar el conocimiento sobre el medio natural que permitan favorecer la biodiversidad.

  

De espacios mineros activos a zonas de Red Natura

 Entre esas iniciativas destacan los trabajos de recuperación de los espacios ocupados anteriormente por dos explotaciones de áridos en el interior de Galicia (en las provincias de Lugo y Ourense) y que ahora son dos zonas húmedas de referencia, que forman parte de la laguna de Begonte, cerca de Vilalba, y de la laguna de Antela, en la Limia.

  

La primera de ellas, situada en el ayuntamiento de Begonte (Lugo), se asienta en una zona llana ocupada por especies arbustivas y con abundante presencia de piedra en superficie. Hace 30 años la compañía Erimsa comenzó a extraer cuarzo y otros áridos, generando diversos huecos que, de manera natural, fueron llenándose de agua formando unas lagunas con zonas de aguas someras que favorecieron la implantación de una abundante y variada flora. Como pudimos comprobar in situ, además de herbáceas y arbustivas, cuenta con sauces, alisos, saúcos y, a mayores, encontramos el “cardiño” de la laguna. En cuanto a la fauna, destacan las acuáticas, como el ánade real, el pato cuchara o la cerceta común.

 

 

La creación de este espacio único por parte de Erimsa supuso su declaración como zona de protección especial dentro de la Red Natura y de la Zona de Especial Conservación (ZEC) Parga-Ladra-Támoga. Erimsa también impulsó un ambicioso proyecto para dotar al entorno de actividades de ocio y científicas y para el estudio de las aves. De esta forma también revierte en el pueblo parte de los beneficios logrados con la extracción de áridos durante años.

  

Así se recupera la que había sido la laguna más grande de España

 

En Ourense, en la zona de A Limia, las empresas Graveras Castro, Corporación Arenera de A Limia y Áridos Antelanos, asociadas en Arigal, llevan a cabo un proyecto de restauración ambiental de espacios excavados con recuperación de zonas húmedas en la laguna de Antela y que constituye uno de los proyectos más importantes de toda Europa. El objetivo es conseguir una recreción del estado original de la laguna en la década de los años cincuenta del siglo pasado, antes de que, primero la agricultura, y la actividad minera después, habían transformado el paisaje.

 

 

El proyecto, que se suma a la iniciativa desarrollada por “LIFE Regenera Limia”, es ambicioso, dado que la laguna de Antela llegó a ser la más grande de España, con 42 kilómetros cuadrados de extensión. La nueva zona húmeda, como pudimos comprobar, está recuperando poco a poco el aspecto definido en el plan de recuperación y ya es posible observar una grande variedad de aves y fauna acuícola, sobre todo cigüeñas, que tienen sus nidos en el entorno y que son cada vez más numerosas, multiplicándose por diez en los últimos 30 años.

 

También pudimos observar las zonas de aguas superficiales habilitadas para que las aves acuícolas puedan anidar en ellas. A esto se suma la creación de observatorios y pequeñas islas que permiten no molestar a las aves.

 

 

En el proyecto se incluyen, además, varias intervenciones para garantizar un estado de conservación propicio para los hábitats de las especies que habitaron la zona en el pasado. Según Arigal, este tipo de acciones contribuyen al beneficio de la ciudadanía bajo la filosofía de la minería sostenible y responsable.

SOBRE ARIGAL

La Asociación Galega de Áridos (Arigal) es una organización empresarial gallega integrada por más de 73 empresas que desarrollan su actividad en las distintas áreas del sector de los áridos: industria, fabricación, tratamiento y distribución. En total, las firmas asociadas operan en 75 centros de actividad y generan alrededor de 3.600 puestos de trabajo, entre empleos directos e indirectos. En el ejercicio de 2022 los asociados de Arigal sumaron una cifra de negocio conjunta de 46,5 millones de euros.

 

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