Esta realidad hace que gran parte de los recursos extraídos de las canteras y graveras se destinen para el consumo local. En el caso de España, la coyuntura vivida a partir de 2007 provocó que la producción de áridos pasara de los 486 millones de toneladas a los 96 registrados en 2017. El consumo de áridos se situó en las 2 toneladas por habitante y año actuales, cuando lo deseable es mantenerse por encima de las 5 toneladas.
Sin embargo, la situación del sector de la construcción y la obra pública hace necesaria la búsqueda de nuevos caminos y sumar la diversificación de mercados a la que ya se viene realizando en los productos.
Primeros pasos para salir al exterior
En este sentido, la superación del límite local y, por tanto, de los condicionantes que supone el coste de transportar los áridos más allá de los 60 km de sus centros de explotación, es el eje sobre el que se está actuando desde entidades como Arigal. Galicia está situada en el corredor marítimo del Atlántico, una posición clave para convertirse en proveedor de referencia de áridos para el resto de Europa.
Y ya están en marcha diversas iniciativas para potenciar este cambio de modelo que puede suponer un gran estímulo para el sector. Una de ellas parte de la propia Asociación Galega de Áridos, que tiene en previsión realizar un catálogo de áridos para mostrar a compañías, inversores y traders internacionales los productos de áridos que existen en nuestra comunidad.
Para su comercialización espera trabajar estrechamente con los principales puertos gallegos. Y los pasos ya se están dando en actividades relacionadas, como la producción de piedra. En 2017, se prevé que el nuevo puerto de Langosteira, en A Coruña, exporte hasta 100.000 toneladas de piedra para la construcción de la escollera del puerto de Calais, en Francia. Sin duda, esto sienta un precedente que debe seguir muy de cerca el sector de los áridos para aplicarlo a su propia realidad.
Mayor dimensión
La internacionalización de los productos de áridos es una necesidad para reducir la dependencia de la demanda doméstica, pero ambién para aumentar la dimensión del sector y sus empresas. En los países de la Unión Europea se producen 2.700 millones de toneladas de áridos, procedentes de 26.000 explotaciones de 15.000 pymes. Son datos de gran relevancia, pero la facturación conjunta de este tejido empresarial tiene aún mucho potencial para crecer por encima de los 15.000 millones de euros que factura a día de hoy.
El reto es mirar más al exterior con una estrategia que suponga la creación de empresas de mayor dimensión para acometer inversiones y crear empleo. En ese nuevo horizonte, el negocio internacional es una ventana de oportunidades.